El promotor de la iniciativa es Mateo Ruiz, un profesional con alrededor de veinte años de experiencia en este mundo, ya que con anterioridad trabajó en otra conocida compañía. En la actualidad, la factoría cuenta con catorce máquinas en funcionamiento y da empleo a diez personas, incluido el propio gerente. La demanda es tal que los telares están en marcha, de manera permanente, toda la semana, excepto los sábados por la tarde y los domingos.

El producto fabricado es malla de tipo agrícola. “La tenemos toda vendida”, resume Ruiz, quien precisa que actualmente no exporta el artículo, sino que lo comercializa por completo a clientela nacional. La planta de Textil Mazuelos consta de alrededor de mil quinientos metros cuadrados, a lo que hay que añadir un tercer inmueble. En relación con los planes de futuro, Mateo Ruiz manifiesta a Diario JAÉN que, en principio, la idea es terminar de pagar, “que no es poco”, ya que la inversión, de acuerdo con sus datos, ronda los seiscientos mil euros.

Con vistas al futuro, el propietario plantea crecer en la medida de lo posible y, en un plazo aproximado de dos años, instalar alguna extrusora que le permita contar con la materia prima y, de esta manera, no depender de otros. El responsable de Textil Mazuelos destaca el respaldo recibido del departamento de apoyo a pequeñas y medianas empresas, dependiente del Ayuntamiento y situado en las dependencias de la Casa Pineda. Valora la labor del responsable, Francisco García Ríos, quien lo ayudó a confeccionar el proyecto y con los trámites en general.

EXPANSIÓN. Las firmas del sector del plástico cuentan, en Alcalá la Real, con una dilatada trayectoria que se remonta a mediados de la década de los 60 del pasado siglo, cuando surgió la compañía Condepols, que se mantiene como el buque insignia de la industria alcalaína. Después surgieron otras iniciativas innovadoras, como Derprosa —actualmente Taghleef Industries—, Benzaplastic, Grupo Diseños NT, Caiba, Flexia Films y Bandesur, así como firmas especializadas en el sector de la llama agrícola, con una vocación claramente exportadora. Este es el caso, por ejemplo, de Cotexa Alcalaína, Rábita Agrotextil, Agritex o Cintavaz. En conjunto, el sector da empleo a cientos de personas —algunas residentes también en Castillo de Locubín y Frailes—, con una facturación de millones de euros y ventas en los cinco continentes. La pujanza de la demanda es tal que las fábrica funcionan a pleno rendimiento y en la mayoría de los caos existen planes para ampliar las instalaciones y, por consiguiente, para efectuar nuevas contrataciones para cubrir tales necesidades.